27 abril 2024

Las cárceles bonaerenses se volvieron a llenar

Ya superan los niveles de la prepandemia -  Pese a la ampliación de plazas, el hacinamiento y la sobrepoblación siguen en aumento en las cárceles de provincia de Buenos Aires.

Axel Kicillof asumió su mandato al frente de la provincia de Buenos Aires con un sistema penitenciario al límite: la crisis sanitaria y el hacinamiento provocaron una huelga de hambre masiva en la que participaron más de 10 mil presos.

 

Entonces, el nuevo gobernador logró bajar la tensión al conformar una mesa de diálogo, encabezada por el Ministerio de Justicia y otros actores. Dentro del plan, se trató la ampliación de plazas que, efectivamente, se fueron sumando de forma progresiva. No fueron suficientes.

Leé también: Los números de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, un delito cada tres minutos y un creciente uso de armas de fuego

De 2000 a 2020, la capacidad de alojamiento de las unidades penitenciarias se incrementó un 102%, según datos de la Comisión Provincial por la Memoria. No alcanzó: la población carcelaria creció, en esos años, un 187% por ciento, una tendencia que continúa y abarrota las prisiones, con una suba interanual del 11,7%.

En diciembre de 2019, antes de la pandemia, las unidades penitenciarias estaban habitadas por 51.664 personas, mientras que agosto de 2021 cerró con 53.227 internos.

El último dato surge del informe de gestión que presentó la jefatura bonaerense en la Legislatura días atrás. El documento, al que tuvo acceso TN, también detalla el aumento de plazas desde que el actual gobernador tomó la posta: en diciembre de 2019 había 24.709 plazas.

En la actualidad hay 26.059. Sin embargo, el porcentaje de sobrepoblación sigue siendo alto, incluso más alto que en la prepandemia.

El gráfico dado a conocer por el gobierno provincial también muestra el descenso de internos dentro del SPB durante el aislamiento estricto, cuando primaron las medidas restrictivas para prevenir contagios, a la vez que la Justicia bonaerense decidió, con el mismo objetivo, descomprimir cárceles con libertades anticipadas y domiciliarias.

Se trata de un recurso que prevalecía incluso antes de la existencia del coronavirus: más del 50 por ciento de la población detenida se encuentra bajo la modalidad de prisión preventiva o sin condena firme.

En enero de 2020, con el cambio de gobierno, el número de reclusos bajó a 49.249 tras una leve suba en febrero, volvió a descender en marzo (48.741). Pero, la baja más significativa se dio en abril, cuando las prisiones alojaron a 46.051 presos. En los meses siguientes, el número creció de forma progresiva hasta alcanzar la cifra más alta desde diciembre de 2019.

Más leídas
Más relacionadas