El presidente dejó en claro que continuó al frente del Gobierno, durante su licencia por paternidad.

En medio del fuego cruzado entre albertistas y cristinistas, dentro de la coalición gobernante, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, presentó oficialmente a su hijo Francisco.

Aprovechando la ocasión para remarcar que nunca abandonó el poder, ya que se según él, siguió cumpliendo con sus tareas como regente desde el Sanatorio porteño, en donde se hospedaba junto a su esposa.

“Estos tres días goberné desde el sanatorio. Hice venir a mis ministros acá para acompañar a Fabiola y a Francisco”, remarcó el Presidente, mientras salía de la clínica.

Durante la primera aparición pública del pequeño, Fernández sostuvo que para él: “Es un oasis en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir”, agregando: “Bienvenido, Francisco”.

Unos minutos antes de la aparición pública de la pareja, la Unidad Médica Presidencial (UMP) había dado a conocer un comunicado en el que informaba que Yañez y su bebé habían recibido esta mañana el alta médica y dejaban el sanatorio “en perfecto estado de salud”.

En un intento por mantenerse fuerte frente a las críticas de propios y ajenos, el Jefe de Estado, advirtió desde el primer momento que no se tomaría una licencia formal, pero sí mantendría cierta distancia de la gestión. Trasladando su oficina operativa hacia el sanatorio para estar “atento a las cuestiones de gobierno mientras el gabinete continúa con su agenda habitual”.