Abel Furlán publicó un comunicado en el que exige avanzar contra el gobierno de JaVier Milei. Un mensaje directo al sector no K de la central sindical.
La tensión interna en la CGT escaló en las últimas horas a niveles que insinúan una nueva fractura: el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, exigió a la cúpula cegetista que en forma urgente se discuta un plan de lucha “sostenido y escalonado” contra el ajuste y la “proscripción” de Cristina Kirchner.
“La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe encabezar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”, dijo el jefe metalúrgico, una de las figuras del sindicalismo kirchnerista que presionó infructuosamente ara que se declarara un paro general en favor de la ex presidenta.
El duro pronunciamiento de la UOM, difundido a través de las redes sociales, llegó 24 horas después de que un grupo de líderes de la CGT decidió dejar en “libertad de acción” a los sindicatos para ir al acto kirchnerista en la Plaza de Mayo sin hacer una convocatoria oficial.
En la reunión cegetista, realizada en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), la mayoría de los presentes criticó en fuertes términos al kirchnerismo por el “destrato” al que sometió durante años a casi toda la dirigencia sindical. Uno de los que tuvo una postura más enérgica fue Hugo Moyano (Camioneros), quien recordó que Cristina Kirchner y su hijo Máximo relegaron al sindicalismo y que incluso cuando el gobierno macrista “allanó 25 veces” su gremio “ni siquiera llamaron por teléfono a ver si necesitábamos algo”.
Como expresión de malestar, la CGT decidió no concurrir este martes a la reunión citada por el PJ para analizar la marcha por Cristina Kirchner por las “desprolijidades” en la convocatoria y ante el temor de que los K alentaran alguna agresión cuando llegaran a la sede partidaria.
El mapa sindical quedó definido nuevamente en las últimas horas entre un bloque antikirchnerista, o no kirchnerista, que es mayoritario, y un sector alineado con la ex presidenta, en minoría, que apunta a exponer a sus rivales como “complacientes” con el gobierno de Javier Milei y renuentes a defender a la jefa del PJ.
La cúpula cegetista, que mantiene una mala relación con la ex mandataria y La Cámpora desde hace muchos años, difundió tras la reunión de ayer un comunicado de prensa en el que destacó que “los trabajadores estaremos al lado de nuestra compañera injustamente condenada” y anunció que “convoca por convicción, pertenencia y solidaridad a todos los gremios y trabajadores/as que quieran sumarse a la concentración para dar testimonio de acompañamiento”. “Aquellos sindicatos que hayan dispuesto acciones sindicales para manifestarse -destacó la central obrera- quedan liberados para realizar todas las medidas que estimen conducentes en función de cada una de las actividades que representen”. El texto de la CGT finaliza de esta forma: “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”.
Aun así, con el sello de la UOM y el título “La CGT debe actuar”, Furlán hizo una serie de severos planteos a la central obrera, que él integra como secretario del Interior. En el comienzo de la declaración, destacó que “el pueblo trabajador atraviesa una emergencia social, caída del salario real, desempleo y cierre de industrias, mientras el gobierno de Javier Milei aplica un plan de ajuste, endeudamiento y privatizaciones al servicio del poder económico y financiero”.
“A la par -agregó- se delegan superpoderes a las fuerzas de seguridad para vigilar y reprimir sin control judicial, criminalizando la protesta y hostigando a la ciudadanía en general. En este contexto avanza la condena arbitraria contra Cristina Fernández de Kirchner, sin pruebas, con jueces designados a Dios y validada por los medios hegemónicos. No es un hecho aislado, es el capítulo más grave del lawfare para proscribir al liderazgo popular e intimidar a quienes luchan”.